viernes, 29 de enero de 2010

Público-Oficialista

No sé si es virtud o defecto ser idealista, queda a juicio de cada quien. Entre tantas anécdotas agradables, tengo especial cariño por las que son protagonizadas por mi abuelo materno.
Llenas de un idealismo tan puro... Las lecciones aprendidas quedaron tan encajadas en mi ser que pese a que he pasado las tres décadas de vida, ni siquiera he querido evaluarlas y, mucho menos, cuestionarlas.
Creer y defender las propias convicciones sin por ello degradar las ajenas. “Si estoy equivocado, con argumentos basados en supuestos y juicios de valor armados por puro fanatismo, no podré estar convencido de ello”... una de esas lecciones.
A lo mejor, mi abuelo no se acuerde las circunstancias en que dijo la frase... ni yo. Pero dada la complejidad que me resultaba la estructura de sus expresiones, a tan corta edad, tenía que buscar en el diccionario lo que quería decir. El interés y el instinto permitieron que se quedara como sello.
La idea de El Telégrafo, en manos del Estado, desde el principio fue una: responder al interés público.
Sin embargo, por los calores políticos del momento, el nacimiento de la propuesta tuvo etiqueta desde el principio: oficialista. Hasta el periodista “bien informado” Jorge Ortiz dijo que no lo leía... a lo mejor se dejó llevar por el concepto, no lo sé. Pero no se está bien informado si se escoge la noticia.
El Universo no se quedó atrás. No confundió términos tan regularmente pero trató de vender la idea de que El Telégrafo ocasionaba pérdidas al Estado. ¿Desde cuándo un servicio público debe generar ganancia?.
Y por ese lado, más de un “medio independiente” mezcló los conceptos de público, oficialista e incautado para tratar de estigmatizar el espectro informativo del Gobierno de turno.
Público: Se dice de la potestad, jurisdicción y autoridad para hacer algo, como contrapuesto a privado. Perteneciente o relativo a todo el pueblo.
Oficialista: Partidaria del oficialismo o perteneciente a él.
Incautar: Privar a alguien de alguno de sus bienes como consecuencia de la relación de estos con un delito, falta o infracción administrativa.
Sí... parece que a muchos les cuesta diferenciar las ideas pero está claro que no son sinónimos.
Pese a esto, la cadena formada se mantiene y, por los comentarios que he leído en los tres últimos años, tiene visos de mantenerse.
El concepto está apenas echando raíces en Ecuador pero es tan válido como cualquier canal de información.
Medio público: siempre me pareció una buena idea... y, como no veo un argumento contrario exento de supuestos y juicio de valor por estos lares, me place defenderla.
Así soy de idealista.