“Claro,
yo hasta recuerdo una portada de revista Estadio en la que se
titulaba 'Emelec a la B' y la foto era la del partido con El
Nacional”, me afirma un emelecista con más años que yo.
Aquello
ocurrió en 1980, cuando apenas tenía 3 años de edad -a casi un
lustro de declararme emelecista-. No recuerdo casi nada de ese año
pero la portada, de alguna manera, quedó en mi memoria.
El
tema del descenso, hasta hace poco, apenas me sirvió como referente
histórico del Ballet Azul que durante la década de 1980 tuvo un
mediocre desempeño. Apenas sí salvó los muebles en 1988 con su
sexta corona y el inmortal “Benincazo” cuando ganó el primer
Clásico -más la copa de un torneo amistoso- en el patio de su
tradicional rival, Barcelona.
Sin
embargo, desde hace algunos años vengo escuchando de boca de hinchas
toreros la historia de que fue Barcelona quien envió a Emelec a la
serie B. La versión es replicada hasta el cansancio en redes
sociales.
El
origen de esta situación -y por más que he buscado no he encontrado
otro- está en un video de Youtube con un archivo de Telecentro
(ahora TC Televisión) en la que el narrador comenta un Clásico en
el que Barcelona venció a Emelec 4-0.
“La
historia recuerda este 4 a 0 que clasificó a Barcelona primero a la
liguilla y sepultó a Emelec por primera y única vez en la serie B”,
sentencia el comentarista. El narrador es identificado como el "Chugo" Tobar y el video es un montaje realizado en 1992 a partir de un archivo de TC Televisión, según me manifestó Diego Arcos en Twitter.
Me
pregunto cuántos se tomaron la molestia de tan siquiera corroborar
en el calendario del Campeonato Ecuatoriano aquella afirmación de que los "toreros" sepultaron a los "millonarios".
Lo
primero que salta a la luz, tras observar la tabla de posiciones, es
que apenas el gol diferencia sentenció al Bombillo al descenso al
acumular 14 puntos y -8 mientras Deportivo Quito alcanzó 14 puntos y
-2.
La
inquietud que queda tras la observación del estrecho margen es si
hubo un partido en el que apenas un empate cambiaría la historia.
Primero
busco el famoso 4-0 y lo encuentro en la fecha 15, a tres del final
de la etapa. Emelec debía sacar al menos 5 puntos en sus siguientes
3 partidos.
Hasta
cierto punto, se puede entender la percepción de que aquel Clásico
liquidó a Emelec puesto que, según reseñan periódicos de la
época, Barcelona era el rival más dificil que tenía que sortear el
Bombillo. Para ese momento, habían otros 3 equipos con peligro de
descender: LDU de Quito, Deportivo Quito y LDU de Cuenca.
En
el caso de una derrota en el Clásico, Emelec debía esperar otros
resultados además de comprometerse a ganar los siguientes
compromisos.
En
el transcurso de las fechas, aquellos resultados SÍ se dieron. El
Deportivo Quito, desde la fecha 15 hasta la 18, apenas hizo 2 puntos
al igual que LDU ( C ) -quien también descendió al final- y LDU (Q)
sumó 3 puntos.
Tras
perder con Barcelona, Emelec ganó en la misma fecha, la 16, en que
los “chullas” apenas consiguieron un empate. La siguiente fecha,
la 17, era vital para mantener la categoría para ambas escuadras.
En
esta ocasión, Deportivo Quito vuelve a empatar y Emelec es derrotado
por El Nacional. Por el gol diferencia -a menos que Emelec se mandara
una goleada de 9 goles de diferencia, algo utópico-, ya no importaba
lo que ocurriera en la última fecha: Emelec se iba a la “B”.
Pero
no, no fue Barcelona quien sentenció la suerte del Bombillo sino El
Nacional. Si bien los 4 goles también agrandaron la distancia del
gol diferencia, solo bastaba un empate con el Nacho y aguardar lo que
ocurriera en la fecha 18.
En
la última fecha, el Deportivo Quito perdió 1-0 contra El Nacional.
De haber existido solo un empate en la fecha anterior, junto con la
victoria de Emelec al cierre de la etapa ante el América, se habría
cambiado la historia.
Puedo
entender que aquellos -como yo- que nacieron a finales de la década
de 1970, pudieran dudar sobre quién envió a Emelec a la serie B...
pero me pregunto por dónde están los mayores, si callados o
acolitando a algún barcelonista que cierra su investigación con
solo un video sin tomarse la molestia -por ignorancia o conveniencia-
de indagar más profundamente.