miércoles, 24 de junio de 2009

Ni a cual irle

En primera, es cuestionable que no se respete la intención de la nueva Constitución de socializar algunos estatutos para emprender accciones, muy aparte de su intención. La evaluación a los maestros necesitaba un ente autónomo para evitar reparos (justificados aunque sin un objetivo transparente), el monitoreo de los medios también… no sé por qué el apuro de atajos si lo que se pregona es la participación ciudadana.
La ley que utiliza Conartel, haya quien la haya aprobado, es obsoleta. Siempre ha estado ahí, que a muchos les hayan faltado agallas para utilizarla, es distinto. A lo mejor por no tener el suficiente respaldo para enfrentar al monstruo mediático. Sí señores, monstruos, que han puesto y quitado gobiernos cuando les ha parecido, respondiendo solo a intereses bancarios o publicitarios. Hasta Vera y Ortiz no pueden lanzar la primera piedra porque ellos han mandado a callar a sus entrevistados (o insultado a sus subalternos… “Sube, imbécil”, buena la observación de Francisco Pinoargotti). Los periodistas somos servidores de la sociedad y no dioses, peor ídolos… aunque a muchos les gusta divinizarlos, a lo mejor porque no tienen deidad alguna a la cual seguir.
Tocando este punto, si Conartel no hace las cosas según la Constitución que aprobamos el 62% de los ecuatorianos que salimos a votar, los directores de noticias de Teleamazonas dejaron los principios periodísticos en los libros y cuadernos que habrán usado como estudiantes –asumiendo que estudiaron la carrera de Comunicación Social-, los cuales nos indican que no podemos direccionar una información según la postura de una sola fuente, peor darla por afirmada antes de tiempo (aunque se tenga razón a futuro).
Esto fue lo que pasó con el famoso centro clandestino de cómputo de votos. Cubrir la información es una cosa pero asegurar repetidas veces que “aparentemente se manipula los resultados”, en vivo, minimizando la parte imputada, devela una clara intención de favorecer solo a una de las partes, en este caso, la acusadora.
Ni a cual irle, sinceramente. Ni al regulador (Conartel) o al sancionado (Teleamazonas). Viva la libertad de expresión, sí, pero con responsabilidad. No es cuestión de darle micrófono o espacio a una sola fuente –ya algunos programas rosas hastían con ello-.
Pero en definitiva no existe, por lo menos en forma visible, un digno representante de los valores periodísticos.
Solo falsos dioses creados al antojo de posturas ideológicas.

jueves, 11 de junio de 2009

Hablar de dos

Desde muy pequeño, mientras mis hermanos preferían coger, en esos domingos familiares, la sección de tiras cómicas, yo intentaba leer y comprender lo que se publicaba en la desaparecida sección dominical “Paratodos” de El Universo… desde ahí me resulta más interesante saber más de lo que me rodea y dejar la fantasía para otro momento.
Mucho tiempo pasó…
“Siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo”, dice una canción. El Universo sería –y por el momento- el medio escrito que más he leido. Por visitas familiares supe de la existencia de El Telégrafo, Vistazo. A través de los años otros que, por alguna razón, no dejaron un legado visible.
Mucha lectura…
Luego está la televisión. Televistazo (Ecuavisa), cuando no necesitaba de un seudónimo mañanero, 24 horas (Teleamazonas) cuyo logo se demoró millón en cambiar, son los únicos espacios que sigo desde pequeño. Otros noticiarios tuvieron mi atención ya en la adolescencia.
Mucha televisión…
La radio. Caravana, CRE, Atalaya, Sonorama, Sucre (ese buenos díaaaaaaaaaaaaaaas, Ecuadorrrrrrrrrrrrrr era mi desayuno gracias a mi mamá) y Cristal. La ventaja de estos medios es que no necesitan guardar muchas apariencias. Se habla como puede, quiere o dejan y no necesitan las posturas de armario de la TV o armar detalles en un diario donde el error está al día siguiente.
Pura nostalgia, me gusta la radio…
Tengo casi 4 años dedicado al periodismo: 2 en radio y 2 en prensa escrita. Qué distinto es ver a los medios desde adentro. Aprendí a derrumbar ídolos y crear convicciones. Hacer amigos y solo compañeros o colegas. Conocer conveniencias y pericias. Limitar espacios.
En resumen, saber expresar ideas…
Son días en que el concepto de libertad de expresar adquirió varias concepciones… tantas como intérpretes de la actualidad nacional existen en el país. Se hizo necesaria una retrospectiva para poder opinar… sin embargo hay un pero.
Una de las tantas cosas que aprendí dentro del medio es que cualquier cosa que diga o escriba regresa a mi, de muchas formas. Agradables y otras no tanto. Lo que yo piense de la libertad de expresión, no debe interesar, pero sí merece respeto como cualquier pensamiento.
Desgraciadamente, es la manipulación de posturas e información lo que centra la atención en el tema… no todos son culpables.
Buscar al inocente es la tarea difícil.

martes, 2 de junio de 2009

Con la misma vara...

Vamos por parte. Si un alumno no se presenta a un examen, automáticamente, tiene 0, aunque siempre hay una segunda oportunidad. Si se insiste en la inasistencia, esa calificación es ratificada. Desde luego que sin un examen que lo respalde no podemos saber si en verdad un estudiante se merece un 0 absoluto. Sin embargo, la no presentación es sancionada porque no se puede detener el currículo académico y las normas de cada plantel por el capricho de uno o unos cuantos. ¿Qué les cuesta presentarse a la evaluación y demostrar lo que saben? ¿Por qué el miedo a un despido? Un maestro de la misma UNE, que se presentó a la evaluación, me dijo “el que nada debe nada teme”. Si bien la evaluación no está constitucionalmente respaldada en su totalidad –el atajo no era necesario- tampoco es cuestión de encerrarse en una concha si la intención es la mejora de la educación. Mi madre es profesora y conozco de primera mano las mañas que se manejan en ciertas dependencias para favorecer a gente de la UNE y el MPD sin importar si son idóneos para un plantel o no. Hablan de que tienen 31 años en la lucha. ¿Y qué consiguieron además de aumentos y regalías salariales? Sencillo, nada. Para quienes pertenecen al magisterio no es un secreto. ¿Pruebas? Lamentablemente no las hay, de alguna manera los sumarios administrativos de algunos docentes cuestionables han desaparecido de los archivos pese a las denuncias que han salido en los medios de comunicación. Entonces, ¿por qué dilatar algo que busca garantizar la idoeneidad de los miembros del sistema educativo? Hoy es el ente autónomo y la sanción –como si ellos no lo hicieran con los estudiantes-, mañana… ya veremos qué se les ocurre. Pero un proceso de excelencia no debe detenerse.