martes, 4 de agosto de 2009

La credibilidad de la violencia

¿A quien le creemos? ¿A las mofas sabatinas o a la violencia física? ¿A la palabra de un guerrillero extranjero o a la de un funcionario de Estado nacional? ¿A la gráfica de “mil palabras” o a la versión del involucrado? ¿A los titulares sencionalistas de un medio privado o a las noticias sociales de un medio público?
Pobre del hombre que crea en el hombre, es mi respuesta. Ya no resulta posible creer –o por lo menos autoconvencerse- en la realidad mundial vista a través de lo que leemos, oímos y vemos en la prensa porque están mostrados a la medida e intereses de cada mass media utilizado por los poderes públicos y privados.
Toca, sin embargo, asimilar los hechos pero sin que estos nos absorvan.
Sobre lo de Arroba Ditto y Villacreses, no se trata de ver a cual le vamos como cualquier fanático intrasigente. Si le voy al socialcristiano, el otro se lo tiene merecido. Si le voy a Villacreses, el otro es un salvaje.
Es cuestión de adoptar actitudes según el lugar y el momento. Pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que se vio una situación similar a la del jueves 30 de julio en el Salón de la Ciudad?
La verdad, no lo recuerdo o lo he bloqueado. No me gusta la violencia, física o verbal, en los distintos niveles que puede presentarse.
Arroba no actuó de acuerdo a su calidad de funcionario público. Las personas tienen derecho a indignarse pero las formas de expresar este sentimiento deben ir acorde con la situación.
Es mi opinión: resulta difícil de creer que Villacreses le toque la pierna a su compañero en la distancia que se ve en los videos y gráficas de dominio público.
Y aunque hubiese resultado así, está visto que lo hecho por Arroba no tuvo la aprobación de ninguno de sus compañeros de bancada. Empezando por Jaime Nebot que, a pesar de su publicitado pasado como diputado, con los años ha sabido poner en su lugar a muchos solo con el poder de la palabra.
La violencia solo obtiene crédito en las personas que la utilizan y en su fanaticada. En las batallas independentistas fue usada para fines más altruistas y cuando el poder del dialogo se agotó. Ahora, los intereses egoístas es la tónica más popular.
Pero… es un país libre aún, a Dios gracias… donde todos son libres de creer a quien o lo que le plazca. Yo solo le creo a quien fue capaz de crear el universo y dar la vida por la Humanidad.

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