viernes, 25 de julio de 2008

Así no era Guayaquil

Me gustaría decir que el sentimiento ciudadano e integracionista de Jaime Nebot es puro y transparente…

Ojalá no venga de él sino de quienes lo rodean –similar aspiración es la que tengo con Correa-, tengo las fuentes suficientes para saber que el Municipio de Guayaquil deja fuera a los medios estatales en las convocatorias para los famosos recorridos.

Cierto es, no impiden el paso y ojalá tal caballerosidad se repita en la Sesión Solemne o ya conoceremos los límites para quienes pueden acudir “como cualquier ciudadano” y para el círculo personas afines al alcalde.

Todos merecen una crítica y ha sido para ambas partes… pero se está haciendo evidente quiénes tienen poca tolerancia para admitirlas bajo la egoísta creencia de que su gestión es de aceptación popular.

Que distinto era cuando bajo otra administración, El Telégrafo no hacía más que sacarle brillo a las botas de los socialcristianos y derechistas con tal aceptación que se dio el lujo de dar a luz un medio de circulación gratuita conocido hoy como La Calle el cual es una bizarra versión de lo que era el Decano de la Prensa Nacional antes de pasar a manos del Estado.

Hay quienes sugieren que al exprimir un diario –el cual es el primero en ventas, muy por encima de “El Mayor Diario Nacional” y por ende del resto- destila sangre. En mi opinión, si se exprime La Calle destila bilis porque no hay día que no dedique sus páginas para lanzar dardos al régimen.

Terminado el paréntesis, tocaría preguntarse cuál es el afán municipal.

Muy tarde para decir que no habrá enfrentamiento político porque parece ser que es lo único que está en marcha… y que ya es de todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que Nebot tiene un mal concepto de lo que es servir a Guayaquil, pienso que ha tenido la firme intención de convertir a mi ciudad en su monaquia; y digo mi ciudad porque yo soy guayaquileña de sangre mestiza, chola y sinceramente no me siento representada por este individuo que siempe tiene la osadía de hablar por todos los guayaquileños y ponernos en su sucio costal