martes, 8 de julio de 2008

El color de la tontería

No aplaudo los exabruptos del presidente –nunca lo hice anteriormente-… ahora, la hipótesis de que las FARC no son más que muñecos de juego de Uribe para obtener popularidad es algo que habría que comprobar. Así como no estoy conforme con los impulsos en nombre de la “revolución ciudadana” tampoco lo estoy con alguien que aprueba “la paz por la fuerza”.

Hay que recordar también que la ahora liberada Betancourt reconoce la gestión de Venezuela y Ecuador para liberar los rehenes –exhortando desde luego que eso tampoco es suficiente- por lo que puede considerarse que los roles principales se lo llevan tres mandatarios y difícil que uno sienta envidia de otro.

Obvio que cuando se destila odio y resentimiento, los improperios están a la orden del día… y el rol aquí también es compartido.

Si se hizo justicia o no, no es tarea humana, lo que cuenta en este momento es la coincidencia latinoamericana de que las FARC hace mucho que dejó de ser una fuerza revolucionaria para convertirse en una terrorista… sus ideales son extemporáneos y más temprano que tarde tendría que debilitarse.

Básicamente, no hay mucho mérito en dar una estocada a un toro viejo y moribundo… es una tontería dar rabo y orejas por eso. Por lo menos, sí hubo beneficios en esta tarea de rescate sin disparar una sola bala… Lástima que no hubo la misma prolijidad para cercar a guerrilleros en otros países.

Las interrogantes contra el agresor y el permisivo permanecen.

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